“VETE DESTINO”, DE ERICA GARCÍA: LA INESTABILIDAD EMOCIONAL
EN UN HIT DIFÍCIL DE OLVIDAR
Por/ Lucha Miranda Sequeira
Si fuiste adolescente y no tanto a finales de los 90´s, estoy segura de que viste “Vete Destino”, el videoclip de la canción de Erica García. Pero pongamos un poco más de contexto, este temazo es parte de La Bestia, disco lanzado en 1998, producido por Ricardo Mollo y con una banda formada por Martín Aloé en bajo, Gustavo Glusman en batería, Ervin Stutz en trompeta y Matías Zapata en teclados. Venía bien rockera la cosa.
Universal, su sello discográfico, decidió relanzar el disco al año siguiente con este tema como single, que trajo un videoclip con un galán: Ciro Pertusi, que en ese momento era el cantante de Attaque 77. Una perla: Erica fue nominada al premio Grammy Latino en el rubro “Mejor interpretación vocal femenina de rock” por esta canción y compartió terna con Shakira y Rosario Flores.
Metámonos directamente en el videoclip. Eran épocas donde la música se conocía más por musicalizadores y programadores de canales como MTV, VH1, Music 21, MuchMusic, etc., que por algoritmos. Y también donde las mujeres protagonistas eran las menos, o eran menos visibilizadas, o tenían un protagonismo compartido. Ese es el tablero que viene a pisar Érica. Primero, al componer letra y música de sus canciones; y, segundo, por su despliegue en el escenario, algo que traspasa el videoclip.
Hay una actitud de dominatrix, ella lleva el mando vestida de blanco, emulando a un ángel, o vestida de negro, como para ir a Cemento. No importa el afuera, importa lo que tiene dentro. Es llamativo ver cómo hace lo que quiere con un Ciro Pertusi que, en ese momento, era el ídolo rockero baby face de muchas chicas y chicos. No el de ahora, ese que podría calentarse con una nena de 7 años. Acá el chico de moda es sometido a los deseos de una chica que quiere que la quieran y que no le importa el costo que eso puede llegar a tener.
Hay momentos en los que pareciera que hubiera una influencia de Átame, la peli de Pedro Almodóvar. Existen planos parecidos, está la inestabilidad mental, pero tienen una diferencia sustancial: acá los roles están invertidos; Antonio Banderas, el captor, sería Erica, y Victoria Abril, la secuestrada, sería Ciro. Es difícil pensar que puede haber ternura cuando hay violencia, pero las dos obras ponen de manifiesto esta contradicción.
En “Vete destino” se muestra y se habla de locura, de lo que ahora se llama vínculo tóxico, gracias a un autor de autoayuda como Bernardo Stamateas. Hay una reivindicación a esa toxicidad, a revolcarse en la parte más miserable del amor y sacar belleza del barro. “Voy hasta el centro del amor, no quieran detenerme”, dice en una frase, tratando de insinuar que alguien podría llegar a detenerla. Spoiler alert: no, es imposible.
Erica se muestra dueña de su carrera, de sus canciones, de su manera de percibir el amor y evita cualquier tipo de etiqueta. Así logra que esta propuesta netamente rockera sea recordada por la frescura y por la autenticidad que hay tanto en la música como en esta pieza audiovisual. Estos elementos hacen que hoy sea imposible de olvidar.
Nos hubiese encantado dar con el equipo completo que trabajó en la idea y la producción de este videoclip, pero eran los tiempos donde no estaba de moda visualizar los créditos.
Lucha Miranda Sequeira es periodista y comunicadora digital. Co dirige y edita la revista Chelsea Hotel Mag desde el 2019. También es colaboradora en Rolling Stone Argentina. En el 2022 publicó “Cómo conseguir discos”, el primer podcast sobre disquerías de Buenos Aires que se escucha en todas las plataformas.
Entusiasta de los datos, combina las herramientas del marketing digital con los formatos offline para potenciar proyectos artísticos.