¿QUÉ HACE A UN VIDEOCLIP,
UN VIDEOCLIP?
POR/ MALEN DENIS

Algunas de las imágenes más icónicas de las década del ochenta, noventa y la primera del siglo veintiuno provienen de videoclips. Si bien este fenómeno está anclado a la época de la “Music Television”, su pregnancia no tiene caducidad.

Está hecho para instalarse en nuestra mente porque no es ni una canción ni una película, sino un género en sí mismo donde música e imagen juegan a encontrarse y desencontrarse, como dos ámbitos que se persiguen hasta dar con el equilibrio en tensión de una pieza que suspende el tiempo.

Cuando una canción es propiamente traducida al video, es decir, cuando se logra captar las sutilezas de una pieza musical y se hace un ensayo de eso que la canción tampoco llega a decir del todo (es característica fundamental del arte que nunca se termina por pronunciar porque el mensaje siempre tenderá a evaporarse), cuando esta acción se realiza con maestría y paciencia resulta que nunca más podemos escuchar una canción sin encarnar esa imagen.

No se puede escuchar ‘Bittersweet Symphony’ sin caminar por la calle con el ímpetu de chocarnos con todos. No se puede escuchar ‘My Favorite Game’ sin vernos manejando un auto a toda velocidad por el medio del desierto. No se puede escuchar ‘Simple Kind of Life’ sin ver pasteles de boda estallar a palazos.

 

En un mundo que ya tendía hacia la aceleración hace cuarenta años, la experimentación con el videoclip supo sacar provecho de nuestra tendencia como público a adaptarnos a contenidos cada vez más fragmentarios.

Lo que supo hacer el formato y todxs sus realizadores y equipos técnicos es devolvernos la potencia de la obra de arte en la era de la publicidad. Con la misma cantidad de minutos que un comercial, un videoclip puede hacer una crítica social -pienso en ‘Sing’ de Travis por Jonathan Dayton y Valerie Faris, directorxs de ‘Little Miss Sunshine’, ‘Ruby Sparks’ y un sinfín de videoclips -entre ellos ‘1979’ de Smashing Pumpkins y ‘Freak on a Leash’ de Korn- y pueden mostrar un estilo de vida. 
 
 
Entre otrx directorxs y videos referenciales, pienso en ‘Warning de Green Day’ por Francis Lawrence (Constantine), o ‘Left Behind’ de Slipknot por Dave Meyers (favorito de estrellas pop como Rihanna, Ariana Grande y Pink).
 

El videoclip permite presentarnos un universo, no simplemente una canción. Puede introducirnos al mundo del cine, a la historia del arte, a la crítica social. En el seno del mainstream, como se concibieron los videoclips en principio (apuestas de las grandes productoras para instalar a sus artistas y sencillos), fueron el glitch que permitió a muchxs directorxs dinamitar los límites de lo que se podía y no se podía decir en los medios de comunicación, modos de introducir una visión particular al mundo normado de la televisión familiar.

Hacer el ejercicio no falla: si pensamos en nuestros videoclips favoritos, que no necesariamente serán los de las bandas que nos gustan más, podremos descubrir que hay una biografía posible atada a las imágenes impactantes que decidimos guardar en nuestro cerebro y que provienen de esta explosión de referencias y sentidos.

Un pescado nunca será lo mismo después de ‘Deléctrico’, ni tampoco nuestra impresión de un Museo de Ciencias Naturales después de ‘Hey Boy Hey Girl’

 
Por/ Malen Denis
Malén Denis (1989, Argentina) es escritora y periodista. Publicó los libros de poesía ‘Con una remera de Sonic Youth’, ‘Buscar drogas en Wikipedia’, ‘Un gran incendio de vidrios’ y ‘Brillante’, los tres primeros por Nulú Bonsai y el último por Ludwig. Su primera novela ‘Litio’ fue publicada en Argentina por Concreto y en España por Caballo de Troya.  Actualmente vive en New York donde trabaja en su primera película ‘La vida anterior’.
 
MALEN DENIS 

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